sábado, 14 de mayo de 2011
sábado, 23 de octubre de 2010
domingo, 18 de julio de 2010
K.
(Los últimos días sólo ha habido Kafka. Sólo leo a Kafka y todo lo que tenga que ver con él. Pienso todo el día obsesivamente en Kafka. Sólo veo películas sobre Kafka. Y si acaso, escribo un par de líneas Kafka.
Me doy cuenta de que es posible pasar todo el tiempo de una vida leyendo a Kafka, pensando en él, en todo su fracaso. Y también en la impaciencia.)
FRAGMENTO DEL DIARIO DE KAFKA:
18 DE DICIEMBRE DE 1910
Por la noche, a las once y media. Tengo claro por encima de todo que estoy sencillamente perdido mientras no me libere de la oficina; se trata únicamente, mientras sea posible, de mantener la cabeza lo bastante alta para no ahogarme. La dificultad de eso, las fuerzas que me ha de exigir, se muestran en el simple hecho de que hoy no he observado mi nuevo horario de sentarme al escritorio de ocho a once de la noche, de que incluso en este momento no me parece eso una desdicha tan grande, de que he escrito apresuradamente estas pocas líneas solo para poder irme a la cama.
FRANZ KAFKA
Me doy cuenta de que es posible pasar todo el tiempo de una vida leyendo a Kafka, pensando en él, en todo su fracaso. Y también en la impaciencia.)
FRAGMENTO DEL DIARIO DE KAFKA:
18 DE DICIEMBRE DE 1910
Por la noche, a las once y media. Tengo claro por encima de todo que estoy sencillamente perdido mientras no me libere de la oficina; se trata únicamente, mientras sea posible, de mantener la cabeza lo bastante alta para no ahogarme. La dificultad de eso, las fuerzas que me ha de exigir, se muestran en el simple hecho de que hoy no he observado mi nuevo horario de sentarme al escritorio de ocho a once de la noche, de que incluso en este momento no me parece eso una desdicha tan grande, de que he escrito apresuradamente estas pocas líneas solo para poder irme a la cama.
FRANZ KAFKA
lunes, 7 de junio de 2010
martes, 11 de mayo de 2010
jueves, 22 de abril de 2010
***
Este viernes 23 de abril, en la Fiesta del Libro y la Rosa, lectura de Punto de Partida en Descarga Cultura:
Daniela Bojórquez, Rafael Mondragón, Rodrigo Martínez, Luis Paniagua, Lobsang Castañeda, Eduardo Uribe, Diego Velázquez, Ingrid Solana y Víctor Cabrera
Lobby de la sala Miguel Covarrubias, Centro Cultural Universitario, 18:45 horas
Daniela Bojórquez, Rafael Mondragón, Rodrigo Martínez, Luis Paniagua, Lobsang Castañeda, Eduardo Uribe, Diego Velázquez, Ingrid Solana y Víctor Cabrera
Lobby de la sala Miguel Covarrubias, Centro Cultural Universitario, 18:45 horas
martes, 20 de abril de 2010
*
Lo intenso de Werther es cómo empiezan a adquirir relevancia sensaciones minúsculas. ¿Cuántas veces nos enfrentamos a ellas? Se podría decir que todo el tiempo, pero sólo cobran importancia en la misma medida en la que después, al atar cabos, adquieren relevancia en el contexto en el que nos encontrábamos sumergidos. De ahí que un horario determinado, una simple frase, alguna condición climática, que en su momento fueron carentes de importancia, de pronto se conviertan en parte sustancial del andamiaje de una situación.
En el estar enamorados es cuando la observación atenta del sí mismo, tiene lugar. Allí es cuando el ser se vuelca sobre su propia reflexión. No deja de ser curioso que esta íntima observación del sí mismo -acentuada, sobre todo, cuando el amor no es correspondido-, sea tan obtusa y tan frágil. El propio Werther demuestra esto con su visión parcial y chata de las situaciones y con un imaginario fértil que lo hace captar señas y guiños amorosos donde sólo hay amabilidad y un afecto fraterno. No obstante, la reflexión enamorada es un primer paso juvenil para comenzar a cultivar otra reflexión, más profunda e inquisitiva del sí mismo, aquella que aspira a burlarnos un poco más de nuestros escombros y eternas oscuridades. Ese cinismo que nos hace vernos a distancia, como si fuéramos otro.
En el estar enamorados es cuando la observación atenta del sí mismo, tiene lugar. Allí es cuando el ser se vuelca sobre su propia reflexión. No deja de ser curioso que esta íntima observación del sí mismo -acentuada, sobre todo, cuando el amor no es correspondido-, sea tan obtusa y tan frágil. El propio Werther demuestra esto con su visión parcial y chata de las situaciones y con un imaginario fértil que lo hace captar señas y guiños amorosos donde sólo hay amabilidad y un afecto fraterno. No obstante, la reflexión enamorada es un primer paso juvenil para comenzar a cultivar otra reflexión, más profunda e inquisitiva del sí mismo, aquella que aspira a burlarnos un poco más de nuestros escombros y eternas oscuridades. Ese cinismo que nos hace vernos a distancia, como si fuéramos otro.
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