Portugal 1
Las gaviotas se enroscan entre los laberintos
de las nubes blancas,
suben y bajan
danzando tibias
mientras sobre el mar, los barcos
dejan su estela blanca.
El tiempo transcurre sin horas
y se desvanece entre los dedos con
sus segunderos dormidos.
Mi soledad ensancha el cielo nostálgico
perdido entre las alas
de los espectros voladores
que me recuerdan
que hoy no soy yo.
Las gaviotas transcurren, unas a otras,
dejando su materia azul en el mosaico
del sosiego
y mis palabras se escurren
entre los nudos del agua calmada
que muy a lo lejos
se deja acariciar por las alas breves.
*
Enamorarse entre las redes de la transparencia;
acariciar las calles empinadas
con sus tendederos blancos:
desear no desear nada,
perderse en la ardiente mirada del sosiego,
en la soledad neutra que ya no amenaza.
Enamorarse,
perderse en la rotura del vacío
entre los pliegues de la belleza adormecida:
hoy no soy yo,
soy las gaviotas.
jueves, 19 de junio de 2008
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