¿Qué clase de operación psíquica rige la vida del hombre cuando está sujeto a cambios? Los cambios son aquello que nos da la impresión de estar en un tiempo dinámico y múltiple. Sin los cambios, perecemos sumidos en la desesperante rutina que rige los días. Siempre es más cómodo aceptar el orden de las circunstancias con una heroica capacidad de adaptación. Estamos aquí, un poco dormidos, mirando el transcurrir sin afectarlo con el pensamiento. Los que decidimos pensar en el tiempo tenemos la batalla perdida, es posible que nuestras vidas sean un poco más tristes que aquellos que deciden no abandonarse a ese pensamiento. Puedo decir que desde hace tres años, el problema del tiempo es lo único que me preocupa. Lo he pensado, sobre todo, en relación con el arte. La cuestión es simple: el pensamiento del tiempo angustia porque nos recuerda en automático nuestra finitud. Entonces, personalmente, me he dedicado a pensar contra el tiempo. Mi pensamiento no es una rebelión. Es únicamente una búsqueda: pensar contra la sucesión quiere decir que no me resulta de todo lógica la forma en la que la sucesión ordena, regula y configura, sobre todo, la historia. La forma de relatar la historia y la manera en la que yo, como individuo y sujeto, me inserto en ella, me parece muy sospechosa porque he tenido otras experiencias en las que he podido percibir una ruptura del tiempo cronológico. Esas experiencias son muy concretas, en particular citaré una: una tarde en la que estaba fuera del país y miraba una escultura por la que tengo una inusitada afición. En aquel momento todo lo que pensaba sobre el tiempo se desmoronó y comprendí aquello que había leído en ciertos textos. Recordé también que esa sensación la había tenido en otras ocasiones: una vez al contemplar un río, otra, mirando los ojos de alguien que amé. También se había suscitado al contemplar ese recorrido del poeta en un estanque vacío y con una vela encendida en Nostalgia de Tarkovski. ¿Cuál era la sensación? La impresión de que todo quedaba reducido a un sólo instante y que en ese instante estaba lo absoluto, lo eterno y yo, por fin, era toda historia, todo hombre, todo gesto, toda paradoja, todo cambio y toda discontinuidad. Es extraño asir, a través de la experiencia, la contradicción del pensamiento, porque es posible que siempre la experiencia contradiga al pensamiento. Y, sin embargo, ha sido posible su eterna convivencia en el ser de Occidente.
Pese a que en este fragmento reduzco la problemática que me ocupa a someras observaciones, alcanzo a intuir ya lo que estos pensamientos me revelan, y ello es, justamente, que no se ha agotado ni su pensamiento ni su experiencia. Ambos sujetos a los cambios que mi propia reflexión vaya compendiando conforme aglutine saberes. Es todo. Mi tiempo no está agotado, sino sujeto a sus propios cambios.
domingo, 18 de octubre de 2009
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7 comentarios:
¡Genial, Ingrid! Te leo y disfruto la turbulencia que suscitas en la reflexión y en las palabras. Abrazo...
El tiempo es simetrico por lo tanto se conserva no cambia (teorema de Emily Noether), claramente varia para cada sistema (persona) pero mantiene leyes conservativas y es agotable. Todo este universo se rige por leyes fisicas en su lenguaje matematico. El arte maneja un lenguaje hermoso, catalizador para reacciones endorfinicas y otras sustancias para el cerebro, pero este es un arte degenerado, egocentrico y no cuerdo, y lo es, al no aceptar que la ciencia rige todas las realidades de cada persona y en ese sentido el arte no tiene respuestas ni crea dudas solo desvia y desvaria; no habla de nada.
El arte que maneja el lenguaje de la causalidad y espontaneidad esta libre de las variables fisicas; por que la causalidad y la espontaneidad son interacciones de ese otro mundo antisimetrico, que misteriosamente es parte de la simetria de todo un universo lo cual, por teorema de Emily Noether, es conservable y agotable.
Gran texto. Saludos desde Oaxaca.
Hola! de casualidad me encontré con tu texto y me parece que deberías mandarlo a la revista Este País, la cual acostumbro leer ya que tiene un espacio para plumas como la tuya. Saludos!
El tiempo es un enigma, como la misma creación del universo. Caminamos sobre un hilo de "normalidad" a una velocidad constante y en línea recta (partimos de este simple concepto) y toda teoría no ha hecho otra cosa más que tratar de interpretar y entender eso a lo que no podemos dar explicación. El tiempo nos ha obligado a controlarlo y fragmentarlo en pequeños lapsos, momentos, instantes, para recordar y nunca olvidar por donde hemos pasado, pero también para anticiparnos, dentro de nuestras posibilidades, a lo que pueda ocurrir mañana. Pero que pasa cuando se rompe ese orden cronológico, cuando uno cree haberse detenido por un instante viendo como todo sigue su curso, cuando se cree haber dormido por un segundo y por lo menos han pasado unas horas y viceversa, o se experimenta la extraña sensación de que ya se a vivido anteriormente lo que esta pasado ahora. ¿Como explicarlo? Viajamos por el túnel del tiempo sin billete de vuelta (aparentemente), pero de pronto siento que voy hacia el mismo lugar de donde partí, es decir, sentado escribiendo este mensaje en la computadora, sin que nada haya cambiado, todo está en su lugar, excepto yo.
Soy de la fac de filos, cursé teoría literaria el semestre pasado pero al final tuve que irme y la debo, así que cuando regrese quiero ponerme al corriente, de momento saludos desde el exilio.
Por estos días trato de hacer al tiempo amigo y no verdugo... suena raro y azotado, pero es la más pura y perra realidad
Hola Gimi!! Qué gusto que pasas, gracias por leer. Barcelona me espera. Besos!!
Hola Trino: Muchas gracias por tu comentario, sí, no deja de ser inquietante el tiempo visto a través del arte. Saludos a Oaxaca, mi tierra querida.
Anónimo: Sí, quizá pronto mande este texto u otro similar a Este País. Muchas gracias.
Txamaco: Muy bien, a veces es bueno exiliarse. A lo mejor todos estamos exiliados. Saludos.
Fausto querido: ¿Cómo estás, cómo va todo? En fin, a ver si luego me envías un correo para saber cómo vas. Besos.
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