miércoles, 24 de marzo de 2010

Estar sometido, ser soberano

La desnudez corporal muestra la imposibilidad de huir: eso que realmente somos. No es, pues, una vergüenza simple y ordinaria la de la desnudez porque en ella se cifra nuestra intimidad última. Somos cuerpo: desnudez. Pero ella sólo se devela en la misma medida en la que nos convertimos en otro y la observamos o cuando el otro la contempla y penetra en ella. Estamos sometidos al desnudo, pero podemos canjear la vergüenza por la soberanía: allí donde, dueños del cuerpo, es grato contemplar la más profunda intimidad. Y quizá en ello sea posible, asequible un concepto del ser, no "el ser para la muerte", sino el ser vuelto cuerpo.

4 comentarios:

Gilmar Ayala Meneses dijo...

Entonces, la soberanía...

Ingrid Solana dijo...

Gilmi!!! Jajajajajajajaja. besos!!

Anónimo dijo...

ser vuelto cuerpo que...se muere...de todas formas :)

Eder Hoaras dijo...

Ser desde el cuerpo es ser a medias. La pesadez de la existencia es limitada por sus pobres afanes de llegar a auto-aprobarse como dueña de sí (desde el cuerpo), no obstante, cuando amamos no reinamos, no somos soberanos, solo somos una pobre línea aque busca paralelismos de autocolplacencia desesperada (somos ad-jetivos {insuficientes}, somos sub-jetivos {sotaneros, ocultos} somos ob-jetivos {carne y nada más}-.

Líneas venidas de la lectura de tu post.