martes, 10 de abril de 2007

espejo

en el centro que no es nuestro; entre todas esas cosas tiradas al borde de la caja blanca, lo contenido en el fondo se retuerce dulcemente hacia la mano pasiva. la semana transcurre con su sonido de resortera, estrepitando en manchitas que en los ojos se vuelven negras. en las salas quirúrgicas el olor se pega a las paredes con su metálica y acostumbrada sorna. no sé si confiar en las aguas donde nunca se nada. he vuelto a leer el confuso texto de Thomas; su rostro oscuro retumba con nuevos significados que no tienen nada que ver con la fe. la mirada, la mirada mutila, encierra, vuelve opacas las palabras antes claras: las palabras equivocadas. un espejo que se comprende cuando hay movimiento y habla. en donde los chinos, la luz amarillenta se pega a las bombillas rojas; espectral canto que me orilla a escribir en servilletas como mi amigo. no se escribe si se piensa en eso: en la bombilla, en la quirúrgica, en la oscilación quejumbrosa del malherido. las palabras rebotan pero me estoy mirando en los espejos, en los lentes y en los microscopios. estoy vacilando en la cuerda de mis propias cajas, las cajas paralizan los libros escasos que intentan hablar. correo: la maldición del desdichado. escribimos que extrañamos esos días de claridad y de fingida alegría. correo: voladores que se estrellan. parabrisas descosido: tallereo. desentrañando los símbolos llegamos: al punto en que la mirada perdida se concentra, al punto en el que hablamos en los parques. "los caballos lloran" escribí hace poco. escribí con mi tinta atlética de espectro asustado. no se desea más que el canto. una esperanza toda ella muda. mujer que revienta las escaleras con sus botitas que pierde en los trenes. películas que tiemblan con peces en el cielo. la caída se retarda, se retarda dolorosamente contra el sueño. es un barco. allá, más allá, el horizonte rechina con su locomotora vieja. con su anteojo desorbitado y oracular. los rayos apenas si tocan el borde. celebremos el fragmento de nuestros héroes, entonces.

5 comentarios:

Gilmar Ayala Meneses dijo...

"los caballos lloran" escribí hace poco. escribí con mi tinta atlética de espectro asustado. no se desea más que el canto. una esperanza toda ella muda. mujer que revienta las escaleras con sus botitas que pierde en los trenes. películas que tiemblan con peces en el cielo. la caída se retarda, se retarda dolorosamente contra el sueño. Me gustaría pensar que los sagitarios lloran también, mientras una pluma atlética pinta sus lágrimas con la esperanza muda... ¿Se podrá?

Ingrid Solana dijo...

Eso! Jajajajajajajajaj, justamente y de manera reciente pienso bastante en la cuestión de la "esperanza"; me he aventado grandes disputas al respecto. Habrá que pensar sobre ello, Gilmar...
Te mando besos y abrazos cibernéticos a la ciudad del mar cósmico, jeje, que espero visitar pronto.

Gilmar Ayala Meneses dijo...

esperanza.
1. f. Estado del ánimo en el cual se nos presenta como posible lo que deseamos.
2. f. Mat. Valor medio de una variable aleatoria o de una distribución de probabilidad.
3. f. Rel. En la doctrina cristiana, virtud teologal por la que se espera que Dios dé los bienes que ha prometido.

~ de vida.
1. f. Tiempo medio que le queda por vivir a un individuo de una población biológica determinada. Para los recién nacidos coincide con la duración media de la vida en dicha población.

alimentarse alguien de ~s.
1. loc. verb. Esperar, con poco fundamento, que se conseguirá lo deseado o pretendido.

dar ~, o ~s, a alguien.
1. locs. verbs. Darle a entender que puede lograr lo que solicita o desea.

llenar algo la ~.
1. loc. verb. Corresponder el efecto o suceso a lo que se esperaba.

qué ~s.
1. loc. interj. Cuba, Méx. y Ven. U. para indicar la improbabilidad de que se logre o suceda algo.

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Creo que la primera definición me gusta mucho sobre la esperanza: la posibilidad que fortalece el ánimo de que el deseo se cumpla.

Ingrid Solana dijo...

querido gilmi: la esperanza es lo último que muere.
te quiero. besos

Gilmar Ayala Meneses dijo...

Quizá sea lo mejor que hay: la esperanza. Y... Sí, es lo último que muere.